Tengo muchas cosas en mi cabeza, demasiadas para dejarlas encerradas y, quizás, enloquecer. Mi historia es única y quizás por eso especial. Para situarnos, he de decir que enloquecí de amor más tiempo del recomendable y solo conseguí frustración y resentimiento. Soy de las personas que piensan que enamorarse de una manera tan intensa como yo lo hice, aparte de ser malo para la propia salud si no eres correspondido, solo pasa una vez. Por fortuna lo superé, rehíce mi vida y ahora tengo pareja estable, a mi novio le quiero con locura, estoy enamorada de él y bla bla bla, pero no le quiero de la misma forma que quise al primero, no quiere decir que le quiera menos ni nada de eso, simplemente es... distinto. Yo sé que él me quiere más que yo a él, aunque esté feo decirlo, y me gusta saber lo que siente por mí y que el daría todo por mí y todo lo que hacen los novios perfectos, y créanme, soy extremadamente feliz con él.
Después de esta introducción viene lo bueno.
Tras una época feliz con mi novio, me encontré con mi ex, llamémosle Z, y créanme que con solo cruzarnos, con solo una mirada, se me cayó el alma al suelo. No sé porqué me pongo tan nerviosa cuando le veo, se me sale el corazón del pecho. Eso hoy en día no es realmente importante, ya que hace un año sé que lo hubiera pasado peor y me hubiera rayado más por eso, pero hoy día me sigo quedando mosca por lo que siento cada vez que le veo, no es normal. Lo que ahora me inquieta, y no os riais, es que he tenido un par de sueños de dos rombos con un compañero mío de clase, que para qué mentir, me pone. Tenemos un juego de tonteo y ya está, pero mi yo animal quiere cumplir esos sueños, mientras que mi yo racional lucha por ignorarlos e imaginarse mentalmente la palabra FIDELIDAD un millón de veces. Sé que a mi novio no le voy a poner los cuernos, pero mi yo animal está muy hambriento y me perturba…
En fin, bienvenidos a mi vida caótica.
